
Desde los 22 años sigue un tratamiento de rehabilitación de la enfermedad de adicción a las sustancias psicoactivas, hecho que le ha permitido renacer como persona y tener la oportunidad de construir una vida feliz lejos del infierno del alcohol y las drogas. En este espacio de tiempo ha descubierto que el concepto de madurez cobra un mayor sentido asociado al adjetivo ’emocional’. Es la identificación y gestión respetuosa de las emociones la que dota al individuo de la capacidad de afrontar las distintas situaciones que plantea la vida desde una perspectiva de felicidad.
Ama la literatura, la pedagogía, el deporte, la música y la comunicación. Su motor vital: servir a los demás con alegría.